Recientemente, la justicia china ha clasificado los contratos perpetuos, populares entre los traders de criptomonedas, como una forma de juego de azar. Según las resoluciones de varios tribunales, guiadas por el Tribunal Supremo, estos instrumentos financieros son considerados apuestas especulativas en lugar de operaciones de inversión legítimas. A diferencia de los futuros tradicionales, los contratos perpetuos no tienen fecha de vencimiento y permiten un apalancamiento extremo de hasta 100x, lo que los vuelve altamente volátiles y especulativos, similar a «tirar los dados» en el mercado.
El criterio se formalizó en el Caso de Orientación N.° 146 del Tribunal Supremo Popular, que estableció que las apuestas sobre la dirección del precio de los activos eran equivalentes a un juego de azar. Desde entonces, diversas cortes locales han seguido esta interpretación. Un caso notable fue el del exchange BKEX en 2021, que ofrecía contratos con apalancamiento de hasta 1000x, lo que llevó a que se declarara esa operación como una apuesta encubierta, resultando en condenas para operadores y promotores.
Otro caso significativo involucró a un exchange en Shenzhen que obtuvo ganancias de 80 millones de RMB y también fue hallado culpable de operar ilegalmente, a pesar de no tener un impacto directo en el sistema financiero. En 2024, un tribunal en Songjiang, Shanghái, determinó que la tenencia de criptomonedas es legal y se reconoce como propiedad con valor económico. Sin embargo, reitera que los contratos perpetuos basados en la especulación son nulos bajo el Código Civil chino.
Esta postura refleja un enfoque más restrictivo hacia la regulación de las criptomonedas en China, buscando proteger a los inversores y limitar el riesgo de prácticas especulativas.